INICIACIÓN A LA ALTA MAGIA
La revelación es el verbo, el verbo es la palabra, la palabra es el signo característico
de la vida.
La idea es la única razón del ser de las cosas, toda figura es un carácter, todo
carácter pertenece y retorna a un verbo.
Lo que esta arriba es como lo que esta abajo, lo que esta abajo es como lo que
esta arriba.
La forma guarda proporción con la idea, la negación es proporcional a la afirmación.
No hay un solo punto en el espacio infinito, que no sea el centro del círculo,
cuya circunferencia se agranda y retrocede indefinidamente en el espacio.
El orden moral, guarda analogía con el físico.
La inteligencia y la voluntad del hombre, son instrumentos de un alcance y fuerza
incalculable.
La inteligencia y la voluntad tienen un aliado poderosísimo, en la imaginación.
La imaginación son los ojos del alma, es el espejo de las visiones, es el aparato
de la vida mágica. Por medio de la imaginación, se cura, se sana y se mata.
Influenciamos las estaciones, apartamos la muerte a los vivos y hasta resucitamos
a los vivos; porque es la imaginación la que exalta la voluntad y le da ascendiente sobre el agente universal. (más adelante
veremos lo que es el agente universal.)
La imaginación, determina la forma del hijo en la madre. La imaginación determina
la forma del ser, fija el destino de los hombres, da alas al contagio y dirige a los combatientes en el campo de batalla.
¿Estas en peligro en un combate? Pues
considerarte invencible como Aquiles y lo serás.
Ya se sabe que los amputados se quejan de los órganos que no poseen. La imaginación,
es el instrumento de la adaptación del verbo.
La imaginación aplicada a la razón es el genio.
La imaginación es la fuerza más grande con que cuenta el hombre.
La razón es una, como el genio es uno en la multiplicidad de sus creaciones.
Hay un principio, hay una verdad absoluta, hay una razón y hay una filosofía
absoluta y universal.
Lo que esta en la unidad, considerada como principio, retorna a la unidad, considerada
como un fin.
Uno esta en uno, es decir, todo esta en todo.
La unidad es el principio de los números, y es también el principio del movimiento
y por consiguiente, de la vida.
Todo el cuerpo humano, se resume en la unidad considerada como fin.
Todas las religiones se resumen en la unidad de un solo dogma, que es la afirmación
del ser, y de su igualdad a si mismo, que constituye su valor matemático.
No hay mas que un dogma en magia, y helo aquí:
Lo visible es la manifestación de lo invisible, o en otros términos: El verbo
perfecto, esta en las cosas inapreciables para nuestros sentidos e invisibles para nuestros ojos.
El mago eleva una mano hacia el cielo y la otra hacia la tierra, y dice: ahí
arriba la inmensidad, allá abajo; la inmensidad.
La primera letra del alfabeto de la lengua sagrada es: ALEPH, y representa un hombre que eleva una mano hacía el cielo, y baja la otra hacia la tierra. (Primera carta
del tarot).
Esta letra, es por si sola, un pentaculo,
es decir, un carácter que representa la ciencia universal.
Esta letra, explica el doble triangulo masónico, y la brillante estrella de cinco
puntas.
Porque el verbo es uno y la revelación
una.
Dios, dando al hombre la razón, le ha
dado la palabra y la revelación, múltiple en forma, pero una en su principio, esta completa en el verbo universal, interprete
de la razón absoluta.
Esto es lo que quiere decir la palabra tan mal comprendida de “CATOLICISMO” que en lenguaje hierático moderno, significa:
“INFALIBILIDAD”.
Lo universal en razón, es lo absoluto. Y lo absoluto en infalible.
La fe, no es otra cosa, que la confianza razonable en esa unidad de la razón,
y esa universalidad del verbo.
Creer es vislumbrar lo que no se sabe, pero de lo que la razón nos da anticipadamente
seguridades que sabremos, o que por lo menos conoceremos algún día.
Pero….. ¡Puedo yo creer al azahar y sin razón? ¡No! Ciertamente. La creencia es aventurada, es la superstición y es la locura.
Es preciso creer en las causas, cuya existencia nos obliga a admitir la razón,
mediante el testimonio de efectos conocidos y apreciados por la ciencia.